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Carte du ( eme arrondissement de Paris
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5 ème Arrondissement 

PANTHÉON

 

Quartier de la Huchette

La huchette
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La calle Galande, con sus dos modestas casas de encanto deliciosamente ruinoso, es un auténtico viaje en el tiempo. Estas casuchas destartaladas parecen sacadas de una película en blanco y negro de los locos años veinte. Han resistido el paso del tiempo y los avances de la arquitectura moderna con orgullosa tenacidad. Si busca un contraste entre la majestuosidad de los grandes monumentos parisinos y la humildad de una pequeña esquina, la Rue Galande es su lugar. Su ambiente nostálgico y su atmósfera encantadora le harán sentirse como en un cuadro de Toulouse-Lautrec. Así que tómese su tiempo para pasear por esta pintoresca callejuela, donde el pasado se encuentra con el presente, y déjese llevar por su encanto de antaño.
 

 

Saint-Julien le Pauvre

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La iglesia de Saint-Julien-le-Pauvre, enclavada en un rincón paradisíaco del corazón de París, es un verdadero tesoro escondido. Con su encantadora fachada gótica y sus coloridas vidrieras, ofrece un apacible refugio a las almas en busca de serenidad... ¡o de frescor en un día caluroso! Pero lo que más llama la atención en este pequeño rincón del paraíso es el árbol Robinier que se alza orgulloso en la plaza. Sí, este venerable árbol, plantado en 1601, es el más antiguo de París. Ha sobrevivido a todas las revoluciones, guerras e incluso a los selfies de los turistas en busca de la mejor pose para Instagram.
 

 

Librería Shakespeare and Company

Shakespeare & co

 

La librería Shakespeare and Company, con sus estanterías llenas de libros antiguos y recuerdos enterrados, es un lugar donde se encuentran los fantasmas de la historia y la literatura. Los visitantes deambulan por los montones de páginas amarillentas, buscando desesperadamente pistas sobre el pasado. Los ecos de las voces de escritores desaparecidos resuenan entre las paredes, y cada libro es un misterio por descifrar. En este lugar desconcertante y hechizante, el tiempo se mezcla, las fronteras se difuminan y las historias se funden. Nos dejamos llevar por las narraciones superpuestas, por los rostros borrosos de los personajes literarios que parecen querer guiarnos hacia una verdad oculta. Shakespeare and Company es mucho más que una librería; es un portal a un mundo de secretos y sueños, donde cada libro abierto revela un trozo de nuestra propia historia.
 

 

Collège de France

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El Collège de France, anteriormente conocido como Royal College, es un prestigioso establecimiento de enseñanza e investigación, establecido en 1530 por François 1er.

Durante el reconfinamiento, el que decide la plaza Marcelin-Berthelot en el distrito 5 de París te ofrece una infinidad de conocimientos, gracias a nada menos que 10,000 lecciones en línea gratis!

Musée de Cluny

 

Musée de Cluny

 

El Museo de Cluny, auténtica joya cultural en pleno corazón de París, está impregnado de mil años de historia que se remontan a la época romana. Las termas galo-romanas fueron testigos de los placeres y rituales de la Antigüedad. Después, en la Edad Media, se construyó la mansión de los abades de Cluny, símbolo de su poder e influencia. Hoy, este majestuoso edificio alberga una colección única de arte medieval, preservando la memoria de aquellas épocas pasadas. A través de sus misteriosas salas y sus preciosas obras, el Museo de Cluny nos invita a viajar en el tiempo, a perdernos en los laberintos del pasado, a vislumbrar los vestigios de una civilización desaparecida. Es un lugar donde la historia se hace presente, donde el pasado susurra a nuestros oídos y donde cada objeto revela un fragmento de una época pasada.
 

Sorbonne

 

La Sorbonne

 

La Sorbona es un nombre que resuena a lo largo de la historia, evocando conocimiento y prestigio. Fundada en el siglo XIII, esta ilustre institución ha resistido el paso del tiempo, guardando celosamente sus secretos y misterios. Sus muros centenarios han sido testigos de apasionados debates, descubrimientos intelectuales y luchas estudiantiles que han dado forma a nuestro mundo moderno. Generaciones de estudiantes han recorrido sus laberínticos pasillos, absorbiendo los conocimientos impartidos por ilustres maestros. La Sorbona encarna el espíritu académico, un lugar donde florecen la curiosidad y el pensamiento crítico. Aún hoy sigue inspirando a las mentes ávidas de conocimiento y haciéndose eco de las voces de los pensadores del pasado.
 

 

Rue Soufflot

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La calle Soufflot, con su ambiente tranquilo y sus cafés de estudiantes, es el escenario de una época pasada. Al pasear por sus adoquines desgastados por el tiempo, aún se puede sentir el bullicio de las animadas discusiones, las ideas que bullen y los sueños que toman forma. Los cafés, testigos silenciosos de tantas historias, albergaban espíritus en ebullición, ávidos de conocimiento y acalorados debates. Los vapores del café y el murmullo de las discusiones se mezclaban con los pensamientos errantes de los estudiantes, impregnando el aire de una suave melodía intelectual. Hoy, aunque las caras hayan cambiado, la rue Soufflot sigue albergando esa atmósfera especial en la que aún se siente la sombra de sueños pasados y de intensas reflexiones.
 

 

Le Panthéon

Le Panthéon

 

El Panteón, majestuoso e imponente, se alza como un guardián de las almas que han dejado su huella en la historia. Su historia se remonta a la Revolución Francesa, cuando la Asamblea Nacional decidió transformar la iglesia de Sainte-Geneviève en un monumento dedicado a los grandes hombres. Desde entonces, ha albergado los restos de eminentes figuras, desde Voltaire hasta Marie Curie y Victor Hugo. Entre sus muros se respira una solemnidad especial, una atmósfera en la que aún resuenan los ecos de ideas y realizaciones. Cada paso por sus silenciosos pasillos parece recordarnos que estamos rodeados por el legado de quienes forjaron nuestro pasado. El Panteón, como un libro abierto sobre nuestra historia, nos invita a meditar sobre el paso del tiempo y la grandeza de quienes han dejado su huella en nuestra humanidad.

 

St etienne du mont

 

Église Saint-Étienne du Mont et la tour du lycée Henri IV

Église Saint-Étienne du Mont

 

La iglesia de Saint-Étienne-du-Mont, enigmática y solemne, se alza en el corazón del Barrio Latino como una reliquia medieval que ha escapado al paso del tiempo. Sus antiguas piedras llevan las cicatrices de épocas pasadas, testigos de la atormentada historia de París. Antaño una humilde capilla, se convirtió en iglesia parroquial en el siglo XVI, cuando la antigua abadía de Sainte-Geneviève fue destruida por un incendio. Esta iglesia, a la vez heredera y guardiana de los recuerdos, se convirtió en el último refugio de las reliquias de la patrona de París, Sainte-Geneviève. Sus misteriosas bóvedas parecen susurrar historias olvidadas y leyendas enterradas, mientras que el tenue resplandor de las vidrieras ilumina las estelas funerarias y las antiguas esculturas, confiriendo un aura de sacralidad a este lugar de meditación. De este modo, la iglesia de Saint-Étienne-du-Mont encarna el eco eterno de la historia de París, un santuario donde el fervor religioso se mezcla con la huella indeleble de los siglos pasados.
 

 

Institut du Monde Arabe

Quartier Saint victor
Institut du Monde Arabe

 

Como una joya insospechada, el Institut du Monde Arabe se alza orgulloso a orillas del Sena, como un centinela que custodia los secretos de Oriente. Sus fachadas de cristal y metal parecen querer captar los reflejos cambiantes del río, mientras que los motivos caligráficos que las adornan evocan una poesía misteriosa, como llaves que abren las puertas de un universo desconocido. En el interior, la penumbra se mezcla con el tenue resplandor, creando una atmósfera encantadora en la que se mezclan el olor a incienso y el murmullo de las conversaciones. Las exposiciones, auténticas vitrinas de tesoros artísticos y culturales, nos transportan a tierras lejanas, donde el tiempo se detiene y las fronteras se difuminan. Obras de arte, manuscritos antiguos y artefactos dan testimonio de la riqueza y diversidad de una civilización milenaria. El Instituto del Mundo Árabe es un viaje sensorial, una invitación a explorar los entresijos de una cultura fascinante, donde las tradiciones milenarias se encuentran con la vibrante modernidad. En este lugar mágico, las fronteras geográficas se borran para dar paso a la universalidad del arte y el conocimiento

 

 

El campus Jussieu de la Universidad Pierre y Marie Curie

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Quartier jardin des plantes

 

El campus de Jussieu, como un inmenso laboratorio del saber, se extiende majestuoso por el corazón de París. Los edificios, sólidos e imponentes, llevan con orgullo los nombres de grandes científicos y dan vida a la historia de la Universidad Pierre y Marie Curie. Los pasillos, bulliciosos por el ir y venir de estudiantes e investigadores, resuenan con la efervescencia intelectual que anima estos recintos. Las aulas, verdaderos teatros del conocimiento, acogen a mentes ávidas de descubrimiento y reflexión. Los laboratorios, como modernos talleres de magia, albergan los experimentos más audaces y las investigaciones más punteras. En este crisol del saber se despiertan las mentes, se entremezclan las ideas y toman forma los proyectos más descabellados. El campus de Jussieu es una verdadera encrucijada del saber, donde las disciplinas científicas se cruzan y se enriquecen mutuamente. Aquí, la pasión por la ciencia se transmite de generación en generación, en una búsqueda incesante por comprender y explorar los misterios del universo. El campus de Jussieu es un faro del saber que ilumina el camino de los investigadores en ciernes y de las mentes curiosas que se atreven a lanzarse a la conquista del conocimiento.

 

 

Grande mosquée de Paris

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La majestuosa y hechizante Gran Mezquita de París se alza como una joya arquitectónica en el corazón de la capital. Su historia se remonta a los años veinte, cuando Francia decidió expresar su gratitud a los soldados musulmanes que habían luchado en la Primera Guerra Mundial. Así nació la idea de construir una gran mezquita, símbolo de fraternidad y respeto entre culturas. Las obras comenzaron en 1922, con la participación de numerosos artesanos y artistas procedentes de los cuatro puntos cardinales del mundo musulmán. El resultado es una obra maestra de la arquitectura morisca, con sus brillantes mosaicos, sus columnas decoradas con caligrafía y su imponente alminar. Más allá de su belleza estética, la Gran Mezquita de París desempeña un papel esencial en la vida espiritual de los fieles. Alberga una escuela coránica, una biblioteca e incluso un restaurante famoso por su cocina oriental. Es un lugar de oración, encuentro y convivencia, donde confluyen culturas y creencias. Cuando se cruzan las puertas de este oasis de serenidad, se entra en un mundo de espiritualidad y paz. La Gran Mezquita de París es una invitación a descubrir el Islam y a encontrarse con una cultura rica y vibrante. Tanto si es creyente como si simplemente siente curiosidad, su visita promete una experiencia única
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La Galerie de paléontologie et d'anatomie comparée

La Galerie de paléontologie et d'anatomie comparée

 

La Galerie de paléontologie et d'anatomie comparée, verdadero templo del pasado y de la ciencia, fascina a los visitantes desde su inauguración en 1898. Este imponente edificio alberga una excepcional colección de fósiles y especímenes anatómicos, testigos de la evolución y la diversidad del reino animal. Cada paso que se da en estas salas, que parecen un gabinete de curiosidades, nos transporta a través de los tiempos, desde las primeras formas de vida hasta las especies extinguidas. Hay esqueletos de dinosaurios de proporciones titánicas, conchas milenarias de tonos brillantes e incluso moldes de extrañas criaturas extinguidas. Los aficionados a las ciencias naturales podrán disfrutar de todo ello, pero la Galería también ofrece una experiencia inolvidable a los principiantes, despertando su curiosidad y asombro ante la grandeza de la naturaleza. Es un verdadero viaje en el tiempo, donde los visitantes pueden contemplar los restos de mundos pasados y reflexionar sobre la fragilidad y la belleza de la vida. La Galería de Paleontología y Anatomía Comparada es mucho más que un museo; es un lugar para reflexionar sobre nuestro lugar en la historia de la Tierra y la importancia de preservar la riqueza de nuestro entorno. Una visita aquí es una invitación a contemplar, maravillarse y darse cuenta de la fragilidad y grandeza de la vida en nuestro planeta.

 

 

Le jardin des plantes

divers jardin des plantes

 

Le jardin des plantes, Galerie des animaux disparus

 

En esta penumbra silenciosa, el tiempo parece suspendido. Los rayos filtrados, que juegan con las formas y los colores, acarician las siluetas congeladas de animales extinguidos. Detrás de estas vitrinas de época, adornadas con delicadas maderas y cristales patinados, cobra vida un mundo invisible poblado por criaturas extinguidas.
Los ojos de los animales naturalizados parecen atravesar la oscuridad, evocando historias lejanas y ecosistemas olvidados. Han sido arrancados de su entorno natural, preservados en su último acto de vida. Su presencia silenciosa e inmóvil intriga, cuestionando nuestra relación con la naturaleza y nuestra propia existencia.
Estos 430 seres embalsamados son testigos mudos de una época pasada, de una biodiversidad desaparecida. Llevan las cicatrices de una época en la que los límites entre el hombre y la naturaleza eran menos difusos, en la que la coexistencia era más armoniosa. Hoy son un triste recordatorio de las consecuencias de nuestra huella en el mundo.
En este espacio conservado y melancólico, los visitantes deambulan asombrados y preocupados. Se encuentran cara a cara con estas reliquias de un pasado que se escapa, intentando desentrañar los misterios enterrados bajo estas miradas heladas. Cada ejemplar es un fragmento de una historia perdida, un testigo mudo de una época que se fue para siempre.

 

animaux disparus

 

El Jardin des Plantes, como un oasis verde enclavado en el corazón de la ciudad, posee un patrimonio botánico tan rico como cautivador. Su historia se remonta a tiempos remotos, cuando las mentes ilustradas sembraron las primeras semillas de la curiosidad. Fundado en 1626, el jardín fue inicialmente la cuna de plantas medicinales, cuidadosamente cultivadas para sanar cuerpos y mentes. A lo largo de los siglos, el jardín de plantas ha florecido hasta convertirse en un santuario dedicado al conocimiento y la exploración del mundo vegetal. Los senderos serpenteantes revelan un verdadero mosaico de fragancias hechizantes y colores resplandecientes. Los majestuosos árboles, guardianes silenciosos de la historia, susurran antiguas historias a los atentos visitantes. Hoy en día, el Jardin des Plantes es mucho más que un lugar de paseo bucólico. Alberga invernaderos exóticos donde florecen flores raras y plantas tropicales que transportan al visitante a tierras lejanas. Los jardines temáticos, como cuadros vivientes, nos transportan a mundos botánicos únicos, despertando nuestra curiosidad y asombro. El jardín vegetal es un verdadero tesoro viviente, donde la ciencia y la belleza se encuentran en armonía. Encarna la incesante búsqueda del hombre por comprender y preservar el mundo natural que le rodea. Pasear por sus callejuelas es sumergirse en una sinfonía vegetal, donde cada planta cuenta su propia historia y despierta en nosotros el asombro ante la diversidad y fragilidad del mundo natural. El jardín vegetal es una invitación a la contemplación, al descubrimiento y al surgimiento de un profundo respeto por el mundo natural que nos rodea.

 

 

Place de la Contrescarpe

place de la contrescarpe

 

La plaza de la Contrescarpe, como un animado escenario en el corazón del Barrio Latino, tiene una rica historia de recuerdos y encuentros memorables. Durante siglos, este pintoresco espacio ha sido el escenario de la vida parisina, capturando la esencia misma del alma bohemia. Los adoquines desgastados por el tiempo hablan de los pasos apresurados de los estudiantes, escritores y soñadores que recorrieron estas estrechas calles. La historia de la plaza de la Contrescarpe está estrechamente ligada a la de Ernest Hemingway, el célebre escritor estadounidense que encontró refugio en los cafés de los alrededores. Aquí, las terrazas bullían de apasionadas conversaciones y acalorados debates, alimentando la inspiración de Hemingway y ofreciéndole un cálido refugio en medio del bullicio intelectual del barrio. La plaza de la Contrescarpe también ha sido testigo de momentos históricos notables. Sobrevivió al tumulto de la Revolución Francesa y ha sido punto de encuentro de numerosas manifestaciones estudiantiles a lo largo de las décadas. Mientras pasea por la plaza, aún puede imaginarse a Hemingway sentado en una terraza, saboreando un vaso de vino tinto y observando cómo se desarrolla la vida ante él. Tanto si es un paseante solitario en busca de tranquilidad como un ávido explorador, la plaza de la Contrescarpe le cautivará con su encanto intemporal. Los adoquines, las coloridas fachadas, los animados cafés y el espíritu de libertad que se respira en el aire la convierten en un lugar emblemático de París.

 

 

L'arbre bleu, une fresque de Pierre Alechinsky, un poème d'Yves Bonnefoy, rue Descartes

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El árbol azul, o árbol de la calle, se alza majestuoso en la esquina de las calles Descartes y Clovis, añadiendo un toque poético y colorista a este rincón de la ciudad. Este fresco, obra de Pierre Alechinsky en el marco del proyecto Murs de l'an 2000, refleja la fascinación de la ciudad por la imaginación y la frágil belleza de la naturaleza, cada vez más escasa en los entornos urbanos. Dominando el Monte Sainte-Geneviève, el árbol azul adquiere, bajo el pincel del artista belga, una dimensión onírica que hechiza el paisaje urbano. Como una caligrafía en movimiento, el motivo principal va acompañado de viñetas que enmarcan y nutren la narración. Palabras grabadas serpentean a lo largo del fresco, creando un diálogo entre la obra gráfica de Pierre Alechinsky y el poema de su amigo Yves Bonnefoy. Estos versos e imágenes invocan la fuerza y la fragilidad de los seres vivos, atrapados en las garras de la realidad urbana. Nos invitan a preservar esta preciosa naturaleza, a protegerla de los embates de la urbanización desenfrenada. El árbol azul de la rue Descartes se convierte así en un símbolo de resistencia, un poético recordatorio de la importancia de preservar nuestro vínculo con la naturaleza, incluso en el corazón de la ciudad.

 

 

Savannah Café, rue Descartes

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Un lugar poco común con una fuerte identidad de sabrosa cocina libanesa.
El café Savannah, en la rue Descartes, frente al gran fresco de Alechinsky, abrió en 1985. Su propietario, Richard Sahlani, tras estudiar en Sciences-Po a finales de los 70, regresó a su Beirut natal. La guerra del Líbano en 1982 acabó con sus esperanzas y le llevó a dejar su tierra natal para instalarse en París, en este antiguo taller de albañil.
-¿Por qué este nombre (Savannah) que nos remite a un lugar imaginario, salvaje y remoto?
-Algunos ven una referencia a la ciudad georgiana de la novelista Flannery O'Connor, otros piensan en esta raza de gato, con la incomparable gracia de un felino salvaje.
- "La verdad está más cerca del final de una noche de cotilleo para dar con un nombre que acabe con - Salhani y Savannah están en un barco....".

Savannah y Richard Sahlani siguen en activo después de 37 años. Una clientela fiel desde el principio, cuyos hijos y ahora nietos siguen haciéndose notar en este lugar único donde todo el mundo entabla conversación con la mesa de al lado con un discreto y exigente fondo musical.
Y por supuesto, porque estamos en un restaurante y no en un simple salón, cocina libanesa elaborada con productos de primera calidad y un saber hacer contrastado.

 

 

 

Rue Mouffetard

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La calle Mouffetard, joya del viejo París, encarna a la vez su historia y su renombre. Cuenta la leyenda que, en la antigüedad, esta calle era una ruta directa a Roma a través de Lyon. Sea como fuere, la calle Mouffetard siempre ha sido animada y bulliciosa, y lo ha sido durante siglos. Antaño famosa por su mala reputación, su suciedad y su peligrosidad, la calle Mouffetard ha experimentado una sorprendente metamorfosis a lo largo de los años para convertirse en uno de los lugares más de moda y agradables de la capital. Hoy nos preguntamos por el origen de este extraño nombre. Al parecer, el nombre de la rue Mouffetard deriva de la palabra "Mouffette", que significa simplemente "apestosa". Así que, cuando uno camina por esta calle, acaba simplemente en la "rue qui pue". Pero sea cual sea el origen del nombre, la rue Mouffetard es mucho más que eso. Refleja la turbulenta historia de París, su transformación y su carácter único. Hoy alberga multitud de tiendas, animados cafés y restaurantes gastronómicos que hacen las delicias de los visitantes. Pasear por la rue Mouffetard es dejarse invadir por el ambiente cálido y auténtico de un barrio que destila vida y encanto pintoresco. Es una experiencia para saborear sin moderación, mientras se acepta con humor este sorprendente nombre que añade un toque de misterio a esta elegante dirección parisina.

 

 

Square Saint-Médard

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En el corazón del animado barrio de la Mouffe, la plaza Saint-Médard se convierte cada domingo, entre las 11.00 y las 14.00 horas, en escenario de un espectáculo musical. Frente a la iglesia de Saint-Médard, al fondo de la famosa calle Mouffetard, resuenan las encantadoras notas del acordeón tocado por Christian Bassoul, el maestro de la Paris Mouffetard Musette. Haga el tiempo que haga, llueva o truene, este artista hace vibrar los corazones de los parisinos con su música. Desde 1975, Christian Bassoul perpetúa en este mítico local de la Mouffe una tradición que se mantuvo viva hasta los años cincuenta. Acompañado por una alegre banda, reparte las letras de las canciones y todo el mundo canta los clásicos intemporales de la chanson francesa. Desde las melodías de Piaf hasta las de Aznavour, Scotto, Frehel o Brassens, el ambiente se vuelve eléctrico y arrastra a los transeúntes en un torbellino de nostalgia y alegría compartida. La plaza Saint-Médard se convierte en el escenario de un auténtico espectáculo popular, con el acordeón marcando el ritmo de las risas, los aplausos y los recuerdos que resuenan por las calles empedradas. Es una cita dominical que revive las bellas tradiciones musicales y el espíritu amistoso que caracterizan el encanto único de La Mouffe. Una invitación irresistible a dejarse llevar por la magia de la chanson francesa y a celebrar durante una mañana el alma bohemia de París.
 

Saint medard

 

Église Saint-Médard et le quartier Mouffetard

 

L'église Saint-Médard, édifice majestueux érigé dès le XVe siècle dans le riche style gothique flamboyant, est témoin d'un épisode historique singulier qui a marqué les esprits. Durant de nombreuses décennies, elle a été le refuge des jansénistes, une minorité catholique confrontée à l'hostilité des rois Louis XIV et Louis XV. C'est au mois de mai 1727, à l'apogée de la lutte entre le pouvoir royal et les dissidents jansénistes, qu'un diacre janséniste du quartier, connu pour sa grande piété et son esprit charitable, s'éteint. François de Pâris, à peine âgé de 37 ans, est inhumé dans le cimetière de la paroisse Saint-Médard.

À peine la terre recouvre-t-elle la dépouille de cet homme de foi que des fidèles se rassemblent autour de sa tombe. Leur conviction est catégorique : se recueillir à genoux près de la sépulture de cet homme serait source de miracles ! Une rumeur grandissante se propage, attirant des centaines de jansénistes, mais aussi des catholiques non dissidents, venus en pèlerinage sur la tombe de François de Pâris. On y vient pour prier avec ferveur, se recueillir dans l'espoir d'une guérison ou encore recueillir la terre sacrée qui entoure la sépulture pour en faire des pansements miraculeux.

Le 13 juin 1731, une humble servante du nom de Marie-Anne Couronneau, qui peinait à marcher et se soutenait difficilement grâce à deux béquilles, se rend au cimetière Saint-Médard pour prier sur la tombe de François de Pâris. Un événement extraordinaire se produit alors : la femme se déclare subitement guérie de son infirmité et n'hésite pas à proclamer sa guérison avec force et enthousiasme, propageant la nouvelle sur tous les toits.

L'église Saint-Médard devient ainsi le théâtre de croyances et de dévotions intenses, où l'espoir et la ferveur religieuse se mêlent étroitement. Ce phénomène de vénération autour de la tombe de François de Pâris laisse une empreinte indélébile dans l'histoire du quartier, rappelant le pouvoir de la foi et l'écho des miracles qui ont animé autrefois ces lieux sacrés.

 

Église Notre-Dame du Val-de-Grâce

 

L'Église Notre-Dame du Val-de-Grâce, majestueuse et imposante, trône au cœur du quartier latin tel un sanctuaire de grâce et de sérénité. Sa construction, entreprise au XVIIe siècle par l'ordre des Bénédictines, est le fruit d'un vœu solennel émis par la reine Anne d'Autriche, mère de Louis XIV, pour la naissance tant espérée de son fils. Ainsi naquit cet édifice sacré, à la fois témoignage de piété et symbole de l'art baroque français. Les portes de l'église s'ouvrent sur un espace empreint de solennité, où la lumière pénètre en une danse subtile à travers les vitraux colorés. Les colonnes élancées soutiennent une voûte céleste, ornée de fresques et de stucs délicats. L'autel principal, richement décoré, accueille les fidèles dans un silence recueilli. Les statues saintes, les reliefs délicats et les ornements religieux témoignent de la ferveur et de la dévotion qui ont animé les artistes de l'époque. Chaque recoin de l'église raconte une histoire de foi et d'élévation spirituelle. L'Église Notre-Dame du Val-de-Grâce est ainsi un témoignage vivant de la ferveur religieuse et de l'art divin, une invitation à la méditation et à la communion avec le sacré. Dans ce lieu empreint d'une spiritualité profonde, l'âme peut trouver une source d'inspiration et de paix, et ressentir l'éternelle présence de la grâce divine.

Il existe une collection des moulages en cire des « Gueules Cassées » de la Grande guerre avec quelquefois le moulage de la reconstruction. ici (âmes sensibles s'abstenir)

Église Notre-Dame du Val-de-Grâce
quartier Val-de-Grâce
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